
La dignidad se basa en el reconocimiento de la persona de ser merecedor de respeto, es decir que todos merecemos respeto sin importar como seamos. Al reconocer y tolerar las diferencias de cada persona, para que esta se sienta digna y libre, se afirma la virtud y la propia dignidad del individuo, fundamentado en el respeto a cualquier otro ser. La dignidad es el resultado del buen equilibrio emocional. A su vez, una persona digna puede sentirse orgullosa de las consecuencias de sus actos y de quienes se han visto afectados por ellos. Un exceso de dignidad puede fomentar el orgullo propio, pudiendo crear la sensación al individuo de tener derechos inexistentes. La dignidad refuerza la personalidad, fomenta la sensación de plenitud y satisfacción.
Hace un tiempo me di cuenta que tengo rechazo absoluto por las personas que no tienen ni un poquito de dignidad.
Una persona que no se respeta a si misma, que se deja usar, que se deja pasar por arriba, me repele.
Pero no hablo de la gente que quizás no toma conciencia de su situación, sino de las personas que son conscientes de esto, te dicen “sí, tenes razón”, y siguen enroscadas en la humillación.
Desde mi punto de vista, las mujeres tienden más a no tenerla (a la doña “dignidad”).
Ejemplos hay varios.
Una mujer que sale con un tipo casado y acepta esa situación por años, sabiendo que el tipo vive, duerme, come, “la pone”, etcétera, con otra persona, y ella recibe las “migajas”, a parte de ser una absoluta paparula (y una cornuda consciente, no me vengan con que es “amante”, es igual de cornuda que la “legal”). A veces dice que el morbo la excita, que prefiere una relación así por que no se genera ningún compromiso, y bla bla bla... Pero es una pobre mina, con 0 dignidad.
Otro ejemplo, la que se deja tratar mal, insultar, denigrar, por un par de caricias, algún beso, un rato de cama, regalos, promesas al aire, un “te quiero, te amo” de la boca para afuera... Ella es “feliz” (¿?) pensando que esos pocos instantes de “bondad” pueden algún día convertirse en el total de los momentos. Se ilusiona pensando que el tipo puede cambiar, es más, LO JUSTIFICA!!. “El es así porque tuvo una infancia difícil, blablabla”, y un montón de pelotudeces extremas, que no se las cree ni ella!
La pobre tipa que tiene una “relación virtual” con un tipo del otro lado del mundo, deseando el momento que el venga (o ella vaya), se revuelquen un rato, y luego pasen 2 años más para volver a verse.
Hello!! Mina!! Querete un poco, por favor!!
La que se casó sin haber terminado de estudiar, sin haber tenido un trabajo, la mantiene el tipo, tuvo 20 hijos, y sigue atada a él por los nenes y porque no sabe valerse por ella misma (mujer!! Sí podes encontrar la salida!! No es excusa lo de los nenes!! Ponga huevo mijita!!).
En mi cabeza luego de algún que otro golpe, la palabra “dignidad” está en el top five. A nadie le doy el poder en mi vida, para que me denigre o rebaje.
Por eso será que me aburrí de escuchar historias de mujeres que su dignidad anda por el subsuelo, y les huyo. No me interesa escuchar mambos de esta índole, cuando la persona es consciente de la situación. Lo lamento, pero mi tiempo también es digno.
Y ya que es 19 de junio, y la fecha lo amerita, culmino “no venderé el rico patrimonio, al bajo precio de la necesidad” (en este caso, no venderé mi dignidad =P).