martes, 10 de junio de 2008

Abandonando mochilas


Siempre es preciso saber cuándo se acaba una etapa de la vida. Si insistes en permanecer en ella más allá del tiempo necesario, pierdes la alegría y el sentido del resto. Cerrando círculos, o cerrando puertas, o cerrando capítulos, como quieras llamarlo. Lo importante es poder cerrarlos, y dejar ir momentos de la vida que se van clausurando.


¿Terminó tu trabajo?, ¿Se acabó tu relación?, ¿Ya no vives más en esa casa?, ¿Debes irte de viaje?, ¿La relación se acabó? Puedes pasarte mucho tiempo de tu presente "revolcándote" en los por qués, en devolver el cassette y tratar de entender por qué sucedió tal o cual hecho. El desgaste va a ser infinito, porque en la vida, tú, yo, tu amigo, tus hijos, tus hermanos, todos y todas estamos encaminados hacia ir cerrando capítulos, ir dando vuelta a la hoja, a terminar con etapas, o con momentos de la vida y seguir adelante.


No podemos estar en el presente añorando el pasado. Ni siquiera preguntándonos porqué. Lo que sucedió, sucedió, y hay que soltarlo, hay que desprenderse. No podemos ser niños eternos, ni adolescentes tardíos, ni empleados de empresas inexistentes, ni tener vínculos con quien no quiere estar vinculado a nosotros. ¡Los hechos pasan y hay que dejarlos ir! Por eso, a veces es tan importante destruir recuerdos, regalar presentes, cambiar de casa, romper papeles, tirar documentos, y vender o regalar libros.

Los cambios externos pueden simbolizar procesos interiores de superación. Dejar ir, soltar, desprenderse. En la vida nadie juega con las cartas marcadas, y hay que aprender a perder y a ganar. Hay que dejar ir, hay que dar vuelta a la hoja, hay que vivir sólo lo que tenemos en el presente.


El pasado ya pasó. No esperes que te lo devuelvan, no esperes que te reconozcan, no esperes que alguna vez se den cuenta de quién eres tú. Suelta el resentimiento. El prender "tu televisor personal" para darle y darle al asunto, lo único que consigue es dañarte mentalmente, envenenarte, y amargarte.


La vida está para adelante, nunca para atrás. Si andas por la vida dejando "puertas abiertas", por si acaso, nunca podrás desprenderte ni vivir lo de hoy con satisfacción. ¿Noviazgos o amistades que no clausuran?, ¿Posibilidades de regresar? (¿a qué?), ¿Necesidad de aclaraciones?, ¿Palabras que no se dijeron?, ¿Silencios que lo invadieron? Si puedes enfrentarlos ya y ahora, hazlo, si no, déjalos ir, cierra capítulos. Dite a ti mismo que no, que no vuelven. Pero no por orgullo ni soberbia, sino, porque tú ya no encajas allí en ese lugar, en ese corazón, en esa habitación, en esa casa, en esa oficina, en ese oficio.


Tú ya no eres el mismo que fuiste hace dos días, hace tres meses, hace un año. Por lo tanto, no hay nada a qué volver. Cierra la puerta, da vuelta a la hoja, cierra el círculo. Ni tú serás el mismo, ni el entorno al que regresas será igual, porque en la vida nada se queda quieto, nada es estático. Es salud mental, amor por ti mismo, desprender lo que ya no está en tu vida.


Recuerda que nada ni nadie es indispensable. Ni una persona, ni un lugar, ni un trabajo. Nada es vital para vivir porque cuando tú viniste a este mundo, llegaste sin ese adhesivo. Por lo tanto, es costumbre vivir pegado a él, y es un trabajo personal aprender a vivir sin él, sin el adhesivo humano o físico que hoy te duele dejar ir.


Es un proceso de aprender a desprenderse y, humanamente se puede lograr, porque te repito: nada ni nadie nos es indispensable. Sólo es costumbre, apego, necesidad. Pero cierra, clausura, limpia, tira, oxigena, despréndete, sacúdete, suéltate.

Hay muchas palabras para significar salud mental y cualquiera que sea la que escojas, te ayudará definitivamente a seguir para adelante con tranquilidad. ¡Esa es la vida!




Un minuto de reflexión con uno mismo, puede hacer que nos demos cuenta de cuál fue el error, la falla, y el momento exacto donde uno se estancó.

Paré, miré para los costados, y entendí el error.

Es hora de volver a dar vuelta la página, para seguir adelante. Soy un ser libre que no le gusta llevar mochilas ajenas.

A veces terminamos cargando mochilas de otras personas sin darnos cuenta. Nos enredamos en problemas ajenos, nos interiorizamos en ellos, y olvidamos nuestra propia vida.

Vuelvo a aprender que primero estoy yo, y luego estan los demas. Primero se empieza por casa...

Vuelvo a recuperar mi salud mental, ya no quiero más llevar colgado al cuello cosas que limiten mi crecimiento personal.







7 ohmmm:

GaTo Y RenGo dijo...

hola, alguna vez pasaste por mi blog, pero no te pude contestar ni devolver el comentario, acá estoy viendo tu blog y me encontré con un espacio por demás interesante, te digo que me tome la libertad de comentar en algún post mas viejo pero no tanto sino de hace unos días.

Bueno sobre este post la verdad q me gusto mucho, me sentí identificado como creo q le puede pasar a todos, ya que todos cargamos alguna mochila del pasado con nosotros, mmm mepa q la idea es intentar hacer borrón y cuenta nueva cada un tiempo para no seguir cargando mochilas, pero intentando no caeer en volverse una persona demasiado yoista sin q nos importe lo que piensan i sienten los d+.

Saludos

Hagamos Ohm dijo...

Gracias por tu comentario.

Coincido con lo del borrón, por eso sentí la necesidad haciendo un click, de darme cuenta de que hay que pasar de página, para no caer en los mismos errores del pasado.

La idea no es volverme "yoista" del todo, más que nada que me importe un poco más lo que me pasa a mi, a lo que le pasan los otros (no de un modo egoísta, sino más bien de cuidado personal).

Eli dijo...

Qué tal, llegué desde otros blogs y me hizo mucho mucho bien lo que encontré aquí.

De todas formas mi opinión y en base a mi experiencia personal, es que no siempre se puede "decidir" el cerrar un círculo. A veces el círculo no quiere cerrarse, y supongo que hasta que no ocurre algo que realmente nos hace darnos cuenta que cambió la etapa, seguimos preguntándonos cosas que pasaron hace tiempo y que ya no forman parte de nuestra vida.

Bueno, espero haberte aportado algo!
Saludos:)
Elisa.

Hagamos Ohm dijo...

Eli:

Bienvenida.
Me alegro que te haya hecho bien.

Cuesta cerrarlos, pero yo siento que a medida que pasan los años, cuando vas de golpe en golpe, quizás se hace un poco más fácil diferenciar las cosas, y querer huir hacia el lado del bienestar, buscando dejar las cosas atrás, lo más rápido posible para poder seguir avanzando =)

Daniel dijo...

Hola Ohmm:
No pensemos en cerrar.
Pensemos en abrir nuevas etapas, me resulta más emocionante.
El pasado no existe más que como un lindo (a veces) recuerdo.
El futuro no existe aún, pero depende de como abramos la nueva etapa, ciclo o como llamarle.
Las cosas no terminan, no se mueren. Solo renacen.
Me gusta verlo así.
Daniel

Ana dijo...

Totalmente de acuerdo. Cada cambio del afuera, implica un cambio dentro nuestro, y la inversa también. Y como todo cambio, implica evolución. Y nunca puede ser negativa la evolución.

Hagamos Ohm dijo...

Daniel:

Tenés razón.
"Nada se crea, nada de destruye, todo se transforma".

Ana:

Me hiciste recordar que cuando me dan los ataques del cambio, salgo corriendo a la peluquería para empezar "por fuera".

=P