lunes, 12 de mayo de 2008

Licuado de ideas

“...Japón está en los detalles. Como hay muchos ciegos (por las bombas atómicas, dijo alguien), todas las veredas de Tokyo tienen un sistema de marquitas con las cuales uno puede recorrer completamente la ciudad. Baldosas con rayitas para seguir derecho, baldosas con pinchitos para marcar bifurcaciones, semáforos con audio. Por otro lado, parece que llueve seguido. Así que en muchos edificios hay paraguas públicos (los agarrás, te los llevás, y los devolvés en otro edificio). En muchos edificios tienen además una máquina embolsadora de paraguas (así no mojás el edificio) y en algunas hay lockers para paraguas! Y por supuesto, en los baños hay lugares para colgar el paraguas mientras uno hace lo que haya ido a hacer al baño...”

Me llegó ese mail de un amigo, que está de viaje de arquitectura.

Se imaginan lo de los paraguas acá en Uruguay? Me dio mucha gracia, y a la vez pena. Porque ya sabemos como somos. Acá hacer esas cosas significaría que duraran menos de 4 minutos, y que se los llevaran para vender en los bondis.

Es más, imagino que algún que otro uruguayo de este grupo, se trae alguno de “recuerdo”.

Mi vieja ayer me contaba que en la panadería te daban masitas, por el día de la madre. Y que la gente se abalanzaba sobre las promotoras.

Como pasa en los hipermercados cuando hay degustación. Que sale el garronero muerto de hambre a hacer la cola, y encima después pasa 10 veces más, así puede comer de arriba.

A veces me ha pasado de ir con gente que es así, y me da vergüenza ajena.

Donde ven que regalan algo, se tiran de cabeza. No sé, será que no es mi forma de ser, será que esta mal no garronear.

Hay gente que se afana hasta los controles de las teles de los hoteles cuando está de viaje. ¿Qué necesidad?

Cuando uno viaja le gustaría que su país adoptara esos detalles que tienen otros países, pero se resigna a que acá esas cosas no se pueden, porque habría que reeducar a mucha gente, y eso es medio complicado...

Pero lo de implementar estructuras, y diseños, para la gente discapacitada, sí se puede. No es que en Uruguay no hayan tantos, es que muchos no pueden trasladarse, etcétera, porque no es un país que se piense en ellos.

Cuando yo iba al liceo, no habían bancos diseñados para zurdos, tenía que escribir en los “comunes”... Si desde algo tan pequeño no se pensaba, imaginate.

En un país que se rige solo por “las mayorías”, es difícil que se tomen en cuenta las “minorías”, salvo que a los que tienen algo de poder les toque, y ahí si muevan fichas.

Me dan risa los discursos sobre la igualdad a veces...

4 ohmmm:

veroblog dijo...

no tenemos ni rampas para las sillas de ruedas, me cuesta imaginar baldosas con rayitas y pinchitos...

en todo caso te lo harían a propósito para que post caída afanarte la cartera...

lo de los paraguas es sublime!
te imaginas acá!!??

jajaja

Anónimo dijo...

Uhh muy comico de los paraguas.. pero aca es verdad.. no durarian ni dos segundos..

Se robarian hasta las bolsas para embolsar.. jaja..

Bueno Florimonti es una que se tira de cabeza cada vez que regalan algo o estan convidando con algo.. obvio que te imaginaras la cara de buenos amigos que pongo yo no??? jijiji..

Te quiero mucho...

Besos..
Loula

Hagamos Ohm dijo...

No he visto en funcionamiento los buses esos que son para personas que utilizan sillas de ruedas (supuestamente tienen su horario, y yada yada...).

También hace bastante tiempo en la radio anunciaban que acá estaban los semáforos con sonido, para las personas ciegas (mmm, tampoco nunca escuché ninguno).

Y sí, seguramente acá los chorros lo utilizarían en beneficio propio.

Lo de los paraguas me mató. Me acuerdo de la gente que se roba las lapiceras cuando paga en algún local con tarjeta y firma. Un paraguas le vendría bárbaro.

Anónimo dijo...

maravilloso lo del paraguas.

Es bueno ver que hay rampas en las esqinas del centro, en casi todas las veredas de 18.
PERO, resulra que dichas rampitas las usan los vagos que no quieren levantar 15 cm la patita, haciendo que gente que viene en silla de ruedas al mismo tiempo, deba esperar.